La UNESCO confirma: el pisco nació en el Perú
Manuscritos históricos respaldan el origen peruano de la icónica bebida
La UNESCO ha reconocido oficialmente una colección de documentos del siglo XVI y XVII que establece al pisco como una creación peruana. Los manuscritos, inscritos como el "Conjunto documental: orígenes del Pisco", confirman que esta bebida emblema de la cultura peruana tiene sus raíces en la región de Ica. Este hecho marca un hito histórico en la larga disputa por la autenticidad de su origen.
Ricardo Moreau, exjefe del Archivo General de la Nación, destacó que estos registros son los más antiguos sobre la producción y comercialización del pisco, remontándose al año 1500. “No hay documento más antiguo que los declarados por la UNESCO respecto al origen del pisco”, afirmó Moreau, enfatizando que este reconocimiento valida la preeminencia histórica del Perú sobre otros países, como Chile, cuyos registros más antiguos datan del siglo XVII.
La declaración por parte de la UNESCO no solo tiene un valor simbólico, sino también práctico. Con esta validación, las autoridades peruanas cuentan con una base sólida para defender la exclusividad del pisco como patrimonio nacional en instancias internacionales. Moreau instó al gobierno a aprovechar esta oportunidad histórica para proteger y consolidar el estatus del pisco como producto bandera del Perú.
El pisco no es solo una bebida; es un elemento intrínseco de la identidad cultural peruana. Su producción y consumo forman parte de tradiciones que han sido transmitidas de generación en generación. Este reconocimiento internacional refuerza el papel del pisco como un componente clave de la riqueza cultural del Perú, comparable a otros íconos como su gastronomía.
En el contexto de la disputa con Chile sobre el origen del pisco, este logro coloca al Perú en una posición ventajosa. La diferencia histórica de siglos es contundente, y según Moreau, el reconocimiento de la UNESCO debería ser utilizado estratégicamente para asegurar la exclusividad del pisco en los mercados internacionales.
El gobierno peruano ahora enfrenta el desafío de traducir este reconocimiento en acciones concretas. La protección del pisco en el ámbito internacional no solo es un deber histórico, sino también una oportunidad para fortalecer la economía local y promover el orgullo nacional. Como resaltó Moreau: “Solo falta que las autoridades peruanas metan el gol”.
Con la validación de la UNESCO, el pisco reafirma su lugar como un tesoro cultural del Perú. Este logro no solo enaltece su historia, sino que también refuerza su posición en el escenario global como un símbolo de la identidad y tradición peruanas.