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Cometa de Halloween se desintegra en su máxima cercanía al Sol

Impactantes imágenes muestran la desaparición del cometa C/2024 S1

Cometa de Halloween se desintegra en su máxima cercanía al Sol
Cometa de Halloween se desintegra en su máxima cercanía al Sol

Un inusual evento astronómico ocurrió cuando el llamado "cometa de Halloween", formalmente conocido como C/2024 S1 (ATLAS), se desintegró en su punto de máxima cercanía al Sol el pasado lunes. El fenómeno fue captado en imágenes detalladas por la misión conjunta del Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA, mostrando los últimos momentos de este cuerpo celeste al borde de su extinción.

Descubierto el 27 de septiembre mediante el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides en Hawái, el cometa C/2024 S1 llamó rápidamente la atención de los astrónomos, quienes especularon sobre la posibilidad de que pudiera ser visible en el cielo nocturno hacia finales de octubre. Sin embargo, a medida que se acercaba a su perihelio —el punto de su órbita más cercano al Sol—, el cometa comenzó a desintegrarse debido a las extremas temperaturas y la intensa radiación solar.

El cometa de Halloween pertenece a una clase de cometas conocida como "sungrazers" o rasantes del Sol, que orbitan a una distancia crítica cercana a la estrella, en este caso a poco menos de 1.5 millones de kilómetros. Este tipo de cometas son propensos a desintegrarse debido a la proximidad con el calor solar, un destino que resultó inevitable para el C/2024 S1.

Este fenómeno es una rareza en la astronomía. Karl Battams, director del Proyecto Sungrazer de la NASA, explicó que es poco común que los cometas de esta clase sobrevivan a su paso cercano al Sol. Aunque se han registrado alrededor de 4,000 de estos cuerpos en el proyecto, la mayoría no logra superar su perihelio, y solo unos pocos, como el cometa C/2011 W3 Lovejoy, han sobrevivido, al menos temporalmente, en el pasado.

El cometa C/2024 S1 forma parte de la familia Kreutz, un conjunto de fragmentos de cometas que probablemente se originaron de un cuerpo celeste mayor que se desintegró cerca del Sol hace miles de años. Aunque el C/2024 S1 fue captado en imágenes por astrónomos a principios de octubre, nunca fue visible a simple vista desde la Tierra.

La observación de estos eventos sigue siendo un atractivo en la astronomía, ya que se estima que solo tres cometas adicionales podrían ser visibles a simple vista de aquí a 2030, según informó William Cooke, jefe de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides de la NASA. Otros cometas, aún por descubrir, podrían también brindar la oportunidad de una observación sin equipo especializado.

Los cometas que sobreviven a su paso cercano al Sol y regresan en un periodo predecible pueden formar estelas de escombros que eventualmente cruzan la órbita de la Tierra, causando lluvias de meteoros. Tal es el caso de las Oriónidas en octubre, generadas por partículas del famoso cometa Halley. Sin embargo, en esta ocasión, ni los restos del C/2024 S1 ni del cometa C/2023 Tsuchinshan-ATLAS pasarán lo suficientemente cerca de nuestro planeta para generar un espectáculo de meteoros.

En términos históricos, los cometas han sido motivo de asombro y fascinación debido a su rareza y a las espectaculares vistas que ofrecen cuando son visibles en el cielo nocturno. Con cada nuevo hallazgo y observación, la NASA y los científicos de todo el mundo continúan desentrañando los misterios y el comportamiento de estos cuerpos helados, que han fascinado a la humanidad por generaciones.