Científicos crean proceso innovador que vaporiza bolsas y botellas plásticas
Una nueva técnica convierte desechos plásticos en gases útiles para reciclaje
Científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley han desarrollado un proceso revolucionario que transforma bolsas y botellas de plástico en gases útiles para fabricar nuevos materiales reciclados. Este avance podría contribuir significativamente a una economía circular, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y los plásticos desechables que contaminan el medio ambiente.
El proceso, que funciona con los dos tipos más comunes de desechos plásticos, el polietileno y el polipropileno, vaporiza estos materiales y los convierte en bloques de construcción de hidrocarburos. Estos gases son posteriormente utilizados para producir nuevos plásticos, cerrando así el ciclo del reciclaje. Este avance representa un gran paso hacia la reducción de la enorme cantidad de residuos plásticos en el mundo.
El líder de la investigación, el profesor John Hartwig de la Universidad de California, explicó que este procedimiento catalítico puede descomponer eficientemente tanto el polietileno, utilizado en bolsas de un solo uso, como el polipropileno, presente en plásticos más rígidos como envases y maletas. Juntos, estos dos materiales representan aproximadamente dos tercios de los desechos plásticos de consumo global, la mayoría de los cuales terminan en vertederos o contaminando ríos y océanos.
El equipo de investigación ha sustituido los costosos catalizadores metálicos empleados en procesos anteriores por alternativas más económicas y sostenibles. Los nuevos catalizadores, hechos de sodio sobre alúmina y óxido de tungsteno sobre sílice, son más baratos y abundantes, facilitando la escalabilidad del proceso para manejar grandes volúmenes de residuos plásticos.
Los plásticos reciclados a través de esta técnica podrían ser utilizados para fabricar nuevos productos, desde envases hasta componentes industriales, minimizando el impacto ambiental de los desechos plásticos que, de otro modo, se degradarían en microplásticos dañinos. El potencial de este desarrollo para reducir la contaminación es considerable, dado que el 80% de los plásticos de polietileno y polipropileno acaba en vertederos o siendo incinerado.
El profesor Hartwig destacó que, aunque hay esfuerzos para rediseñar los plásticos desde su origen para hacerlos más reciclables, los plásticos actuales seguirán siendo un desafío durante décadas. Este nuevo proceso proporciona una solución inmediata para convertir los residuos en recursos valiosos.
En un mundo donde los plásticos son omnipresentes en la vida cotidiana, desde bolsas de supermercado hasta productos de limpieza, esta innovación puede ser clave para disminuir el impacto ambiental de los desechos plásticos y generar nuevas oportunidades de reciclaje eficiente.