
EE.UU. suspende datos sobre calidad del aire y genera preocupación global
Científicos advierten que la medida limita el acceso a información crucial para la salud pública mundial

El Gobierno de Estados Unidos ha decidido cesar la transmisión de datos sobre la calidad del aire recopilados en sus embajadas y consulados, lo que ha generado alarma entre expertos en salud y medio ambiente. La medida, atribuida a restricciones presupuestarias, podría afectar significativamente la vigilancia de la contaminación atmosférica en varias regiones del mundo.
El Departamento de Estado confirmó que su programa de monitoreo dejará de compartir datos de contaminación con la aplicación AirNow de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) y otras plataformas utilizadas por ciudadanos y científicos para analizar la calidad del aire en distintas ciudades. Según el comunicado oficial, las restricciones de financiamiento llevaron a la suspensión de la red de monitoreo, aunque no se descarta su reactivación en el futuro.
Los monitores estadounidenses han sido una fuente confiable de medición de partículas contaminantes como el PM2,5, una de las más peligrosas para la salud humana, ya que puede penetrar profundamente en los pulmones y generar enfermedades respiratorias y cardiovasculares. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la contaminación del aire provoca alrededor de siete millones de muertes al año.
Investigadores y especialistas han calificado la interrupción de este programa como un revés significativo para la comunidad científica. "Estos datos servían de referencia en muchos países en desarrollo y eran esenciales para contrastar la información local sobre la calidad del aire", señaló Bhargav Krishna, experto en contaminación atmosférica de Sustainable Futures Collaborative, en India.
El impacto de la medida no se limita a la comunidad científica. En lugares donde los datos de las embajadas estadounidenses eran la única fuente de monitoreo independiente, la población quedará sin acceso a información confiable sobre las condiciones del aire. Ciudades altamente contaminadas como Bogotá, Lima y São Paulo perderán un recurso clave para evaluar la calidad del aire y tomar decisiones informadas sobre salud pública.
En regiones como África, donde el monitoreo de la calidad del aire es limitado, la suspensión del programa estadounidense afectará la recopilación de datos en países como Senegal, Nigeria y Madagascar. Para muchos de estos territorios, los informes de las embajadas estadounidenses eran la única fuente de información ambiental fiable.
La decisión también podría afectar la base de datos de la OMS sobre la calidad del aire, ya que varios países dependen de estos registros debido al alto costo y la complejidad de mantener estaciones de monitoreo propias. La comunidad científica y ambientalista ha instado a los gobiernos afectados a fortalecer sus sistemas de medición para evitar una brecha en la vigilancia de la contaminación.
Algunos países han visto en esta situación una oportunidad para reforzar sus programas nacionales. En India, expertos consideran que el gobierno debe mejorar su infraestructura de monitoreo para garantizar la transparencia y la confianza en los datos sobre contaminación. "Es un desafío, pero también una oportunidad para fortalecer la rendición de cuentas en materia medioambiental", afirmó Shweta Narayan, de la Alianza Mundial para el Clima y la Salud.
La suspensión del programa de monitoreo estadounidense representa una pérdida importante para la comunidad científica y ambientalista global. Sin embargo, también plantea la necesidad de que los países fortalezcan sus propias capacidades de medición, promoviendo un mayor compromiso con la calidad del aire y la salud pública.
