Cinco consejos para afrontar las consecuencias del estrés laboral
Las rutinas, la organización y el ejercicio no forman parte exclusivamente de la cura para el estrés laboral, sino que pueden mejorar nuestras relaciones personales y, lo más importante, con nosotros mismos
La cultura del trabajo ha cambiado drásticamente durante la última década en España debido a diversos factores como la conciliación, el teletrabajo o la creciente preocupación por la salud mental. Este último factor supone un gran problema que está cada día más presente en todo tipo de entornos laborales. Según la Guía del Mercado Laboral de Hays, el 45% de los trabajadores sufren el llamado síndrome burnout, que radica en un gran agotamiento mental producido por alto estrés en el trabajo.
El estrés continuado puede tener consecuencias severas tanto en la salud física como mental de una persona. A nivel físico puede producir problemas como enfermedades cardiovasculares, trastornos digestivos, insomnio e incluso una disminución del sistema inmunológico. Mentalmente, esta enfermedad conlleva trastornos como depresión, ansiedad, disminución de la capacidad de concentración y problemas de memoria.
Además, el estrés crónico puede afectar negativamente a las relaciones personales y el rendimiento laboral. Las razones por la que estas afecciones han crecido tanto en los últimos años son principalmente la tecnología y la globalización, ya que han acelerado un cambio constante en la sociedad, con la consecuente incertidumbre.
¿Cómo combatir el estrés laboral?
Con esta problemática en mente, el reconocido experto en productividad y hábitos que ya ha formado a más de 20.000 estudiantes, Miguel Navarro, propone una serie de consejos para sobrellevar el estrés laboral de forma positiva para poder ser más productivo y feliz en el entorno laboral:
1. Implementar rutinas laborales y espacios que potencien el enfoque y rendimiento. A la hora de implementar una rutina de trabajo, es imprescindible contar con un espacio de trabajo impecable, añadiendo elementos que promuevan la tranquilidad y eliminando aquellos que no. Este lugar será en el que pasaremos gran parte del día, así que la atención al detalle para que esté a nuestro gusto es fundamental.
2. Minimizar las distracciones. Los lunes pueden llegar a ser agotadores y desmotivadores, porque el descanso se percibe lejano. Esto hace favorable las distracciones con el teléfono, YouTube, o conversaciones con amigos, lo que impide un rendimiento óptimo. Si programamos las pausas entre actividad y actividad, será mucho más fácil concentrar los esfuerzos de trabajo en momentos específicos y aumentar la eficiencia durante esos intervalos. Trabajar sin descansos, especialmente después de unas vacaciones o fin de semana, puede ser contraproducente y generar mucha frustración, que terminaremos arrastrando a lo largo de la semana. Sin embargo, incorporar breves momentos de relajación ayuda a resolver este problema.
3. Promover una mentalidad de crecimiento y autodisciplina. La autodisciplina no se consigue de la noche a la mañana, requiere un esfuerzo continuo y existen diferentes formas de estimular la mente para aprender a trabajarla, aunque todo se reduce a compromiso personal. El pensamiento positivo puede ayudar a la motivación y la responsabilidad individual, se puede conseguir haciendo ejercicio regularmente, estableciendo rutinas matinales, o definiendo objetivos a corto plazo que sean asequibles.
4. Dedicar algo de tiempo a cuidar de la salud física y mental. La balanza entre el trabajo y el ejercicio físico es clave para mantener la productividad y la claridad mental. Invertir energía y pasión en el trabajo es vital para el éxito profesional, pero sin un balance saludable, puede llegar a resultar perjudicial. El ejercicio ayuda a la neurogénesis, lo cual mejora la claridad mental y la capacidad de resolver problemas. Lo mejor para empezar es hacerlo escalado, comenzar con dos sesiones semanales e incrementar la frecuencia con el tiempo y la resistencia.
5. Planificar con antelación. Establecer unos hábitos laborales requiere ser consciente de las metas que se quieren alcanzar, y para ello es necesario planificar la jornada con antelación. Los domingos, o la última media hora de cada día laboral, pueden ser buenas horas para dedicarlas a la planificación. Es importante saber qué tareas tenemos pendientes, la importancia de las mismas y preparar el terreno para lo que pueda pasar al día siguiente o incluso durante la semana. Esto permite llevar al día las tareas más concretas y ajustarnos basados en los imprevistos del día.
Ejecutar esta serie de consejos ayuda a organizar la jornada y la mente, lo que impacta positivamente en la salud mental. Llegar a estar sobrepasados por una gran cantidad de trabajo sin un orden y motivación puede conducir al burnout, por eso es tan importante organizar cada apartado de la vida, no sólo a nivel laboral, sino que también es importante aplicar estos consejos a nuestra vida personal.
"Las rutinas, la organización y el ejercicio no forman parte exclusivamente de la cura para el estrés laboral, sino que pueden mejorar nuestras relaciones con las personas más queridas y, lo más importante, con nosotros mismos".