Consejos prácticos para mantener tus zapatos en perfecto estado durante el invierno
Conserva tu calzado en óptimas condiciones con estos sencillos consejos
Los niveles de humedad en el ambiente durante el invierno no solo intensifican la sensación de frío, sino que también pueden afectar negativamente nuestros artículos más valiosos, como el calzado, especialmente aquellos que permanecen almacenados por largos periodos en el clóset hasta la próxima temporada.
De acuerdo con especialistas, la exposición constante a un ambiente húmedo puede acortar la vida útil de materiales como el cuero, que tiende a absorber la humedad. Este exceso de humedad también puede dañar materiales sintéticos o textiles, debilitándolos, deformándolos o fomentando la aparición de moho en su superficie.
No obstante, estos expertos sugieren seguir cinco pasos clave para prevenir que la humedad, concentrada en espacios cerrados como armarios, deteriore nuestros zapatos, permitiendo así que se mantengan en buen estado para su uso cuando cambie la estación.
Primero, es esencial limpiar y secar los zapatos antes de guardarlos. El polvo, en combinación con la humedad, puede incrustarse en el calzado, deteriorándolo progresivamente y apagando sus colores. Por ello, asegúrate de que estén completamente secos, utilizando una toalla o un secador de baja potencia.
Segundo, selecciona lugares dentro del hogar que sean poco húmedos para almacenarlos. Si decides no guardarlos en el clóset, evita sitios cercanos al baño, sótanos o almacenes poco ventilados. Lo ideal es optar por espacios con buena ventilación.
Tercero, considera el uso de absorbentes de humedad. Esto es especialmente útil si no cuentas con espacios bien ventilados o si vives en zonas de alta humedad. Bolsitas de té, arroz, bicarbonato de sodio o gel de sílice son excelentes opciones para absorber la humedad.
Cuarto, emplea calzadores y hormas. Al estar guardados por meses, algunos zapatos pueden doblarse o deformarse. Introducir calzadores, hormas, cartones o incluso medias dentro del calzado ayudará a mantener su forma original. Las zapatillas de cuero también se benefician de estas medidas, evitando el desgaste en la punta.
Finalmente, revisa y limpia el calzado periódicamente. Realizar revisiones esporádicas permite detectar temprano la aparición de moho o cualquier otro daño superficial. Además, programar una limpieza periódica de estos zapatos, junto con la ventilación del espacio donde se almacenan, es clave para mantenerlos en buen estado.
Además de estas recomendaciones específicas, es importante recordar que la calidad de los materiales, la fabricación y la tecnología empleada en nuestro calzado son factores cruciales para su durabilidad. Un cuidado adecuado no solo prolongará su vida útil, sino que también preservará la comodidad, los colores y las texturas por las que los elegimos en primer lugar.